Un almacén
de esclavos en Orleans, a este almacén fueron transportados unos esclavos de
Saint-Clare, entre ellos el tío Tom. El dueño del almacén se llamaba Skeggs;
Estaba el tio ton con Adolfo y llego a molestarlo un esclavo desconocido
llamado Sambo, y Adolfo se enojó y le gritó en eso escuchó Skeggs y Sambo le
dijo a el que ellos eran los que estaban molestando y los castigo a ton y
Adolfo.
En otro salón
se hallaban las mujeres de todas edades; en una esquina había una muchacha de
unos quince años llamada Em y a su lado estaba su madre, estaban hablando sobre
la subasta y del miedo que tenía si las vendían separadas. Al día siguiente, el
señor Skeggs empezó a revisar a los esclavos, y vio a Em y madre mencionadas y
le dijo a Em que se arreglara porque no quería perder dinero.
Empezó la
subasta, cuando entro un hombre de baja estatura y musculoso empezó a revisar y
a preguntarles a los esclavos y le hablo al tío Tom y lo examino, Em la reviso,
subieron a los esclavos para subastarlos y le toco al tío Tom primero y este
hombre bajo y musculoso lo compro;: luego le toco a la madre de Em y la
compraron ella le dijo a su dueño que le comprara también a su hija, pero el le
dijo que el quisiera pero no puede; después le toco a Em y estaba en debate con
el dueño de Tom y un anciano pero gano el dueño del tío Tom.
Sobre el
puente inferior del barco del río Rojo, se hallaban los esclavos comprados por
el hombre bajo y musculoso llamado Simon Legree, quien había comprado a el tío
Tom y Em y a ocho esclavos más quienes estaba en el barco llamado "El
Pirata", Legree se acercó a Em que estaba encadenada a otra muchacha y le
dijo que se alegrara, y ella le hizo una mala cara y él se enojó y les dijo a
todos que a él no le gustaba que le hicieran caras y quien lo haga se va ver
son su puño; Se fue a la cantina y dijo que así se les trata a los esclavos le
dijo a un hombre y empezaron hablar de Tom y de cuanto duran los esclavos. Luego
el señor se fue a sentar a la par de otro hombre y el que había alcanzado oír
la conversación del señor Legree le dijo al otro que ojala que todos los
plantadores del Sur no fueran así.
Mientras
tanto, Em hablaba con su compañera de cadena, le pregunto quién era su amo y le
dijo que se llamaba Ellis, que dejo a un esposo que era herrero y cuatro hijos,
de quienes no se había podido despedir.
El barco
seguía su ruta con el cargamento triste y doloroso, por fin llego el barco a la
pequeña ciudad y empezaron a desembarcar.
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